23 Sep
23Sep

El envejecimiento es un proceso fisiológico, causado por diversos factores tanto intrínsecos como extrínsecos, que tiene como signo más evidente la aparición de flacidez, y depresiones dermo epidérmicas, producto de cambios biológicos tales como la desorganización de las fibras colágenas, perdida de glicosaminoglicanos, disminución de  fibrina y  elastina, entre otros, todos estos factores aunados a la resorción ósea , la hiperfunción muscular y la fuerza gravitacional, contribuyen a la aparición de las características propias de la vejez, tales como arrugas, piel adelgazada con una red venosa fácilmente visible, laxitud (la piel no vuelve a su lugar luego de ser estirada), piel seca, rugosa, descamada y a veces agrietada, manchas, queratosis y pérdida de la luminosidad.

Hoy en día evidenciamos una preocupación cada vez mayor de hombres y mujeres por mantener la belleza y la juventud, buscando calidad de vida para los años, lo cual se ve reflejado en un incremento en la demanda de procedimientos cosméticos y estéticos de rejuvenecimiento facial (según datos proporcionados por la ISAPS Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética) que sean menos invasivos y les permitan una recuperación rápida con una pronta reinserción a las actividades cotidianas y laborales, lo cual obliga al médico a diseñar tratamientos y procedimientos, que suplan las necesidades de los pacientes, que sean seguros, eficaces, menos invasivos, con menores efectos secundarios.

En el campo de la medicina fotónica existen métodos de rejuvenecimiento facial no  invasivo, ablativos y no ablativos  que permiten mejorías en la calidad, textura y tono de piel;  se han diseñado herramientas consideradas el “gold estándar” del rejuvenecimiento facial o resurfacing.

La aparición de la restauración cutánea ablativa fraccional, ha disminuido la aparición de efectos secundarios y el tiempo de recuperación de los pacientes.  Para disminuir el daño tisular de los láseres ablativos, la tecnología fraccional permite crear zonas de lesión (columnas) rodeadas de tejido sano y, por lo tanto, garantiza la regeneración. Este desarrollo se ha extendido a varias longitudes de onda incluidos los láseres clásicamente ablativos, como el CO2.

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